
El 13 de julio de 2024 quedó grabado como un día histórico en el mundo del tenis, pero para Barbora Krejcikova, significó mucho más que levantar el prestigioso Venus Rosewater Dish en Wimbledon. Fue un homenaje conmovedor y espiritual a Jana Novotna, su mentora, inspiración y, en palabras de Krejcikova, una presencia que sigue viva en sus sueños.
Dos horas después de la emocionante final en la que se coronó campeona, Krejcikova reveló un detalle profundamente personal que mantuvo en secreto durante las semanas previas al torneo: Novotna, la legendaria campeona de Wimbledon en 1998, le había visitado en sus sueños. “Estoy soñando mucho con ella. En los sueños estamos hablando. Es muy personal”, confesó con una expresión de paz y gratitud en su rostro.
Un vínculo que trascendió la muerte
El vínculo entre Krejcikova y Novotna comenzó hace una década, cuando la entonces joven y prometedora tenista de 18 años, cargada de nervios pero decidida, llamó a la puerta de Novotna en Brno, ciudad natal de ambas, para pedirle ayuda. Ese día marcó el inicio de una relación única entre mentora y discípula, una conexión que iba más allá del tenis. Durante años, Novotna guió a Krejcikova, transmitiéndole no solo técnicas, sino también valores y resiliencia.
Lamentablemente, el poderoso lazo se vio interrumpido en 2017, cuando Novotna falleció a los 49 años, víctima de un cáncer de ovario. Pero su legado continuó vivo en Krejcikova, quien nunca dejó de honrar a su mentora en su camino hacia la cima del tenis.
Replicando la gloria de su mentora
Siete años después de la muerte de Novotna, Krejcikova replicó el logro de su ídola al conquistar Wimbledon, convirtiéndose en la segunda mujer checa en la historia en levantar el trofeo individual en el All England Club. Su victoria no solo fue un momento de gloria deportiva, sino también un tributo emocional a la memoria de Novotna.
“Jana siempre creyó en mí, incluso en los momentos en los que yo misma dudaba. Si pudiera decirle algo ahora, le diría que gracias. Gracias por confiar en mí, por enseñarme tanto, y por ser una luz en mi camino”, expresó Krejcikova cuando le preguntaron qué le diría a su mentora si pudiera hablarle hoy.
La magia de los sueños
La campeona también compartió cómo, en sus sueños, mantiene conversaciones con Novotna, sintiendo que su guía sigue presente de una manera espiritual. Aunque Krejcikova decidió no compartir detalles específicos de estos sueños, destacó que esas experiencias han sido una fuente de fortaleza y calma para ella, especialmente en los momentos más cruciales de su carrera.
Un triunfo lleno de simbolismo
La victoria de Krejcikova en Wimbledon fue mucho más que un logro deportivo. Representó la continuación de un legado, la culminación de un sueño compartido y una muestra de que el espíritu de Jana Novotna sigue vivo en el mundo del tenis. A los 28 años, Krejcikova ha demostrado ser una digna sucesora de su mentora, no solo por su talento en la cancha, sino también por su capacidad para honrar la memoria de quienes la ayudaron a llegar hasta aquí.
Con esta victoria, Barbora Krejcikova no solo inscribió su nombre en los libros de historia del tenis, sino que también ofreció un emotivo recordatorio de cómo las conexiones humanas y los sueños pueden trascender incluso las barreras de la vida y la muerte.